Algunas veces, la publicidad llega y, de repente, ¡zas!
Rompe los estereotipos y, además de sorprendernos, se crea tendencia.
¿Cómo se pueden romper muchos estereotipos en un mismo
anuncio? Hay que ver esto:
Aquí las chicas guapas no son tontas, ni el “guapete” bueno
es un soso tímido al que le da vergüenza acercarse a ellas. El “malo” no es tan
malo porque su maldad es batirse en duelo (bailarín) con el “guapete bueno”. No
se habla del producto (Baileys) porque aparece con precisión en determinados
planos. La agresividad es dulcificada por la música, la acción y la cámara
lenta de determinados saltos espectaculares.
Al empezar a verlo ya pensamos que será el típico anuncio
navideño de colonias y planos “brumosos” que intentan sugerir una atmósfera
mágica. Cuando intercambian miradas los protagonistas creemos que se acercará
y, como siempre, ¡chim-pum!, final feliz.
El detonante de esta acción basada en el planteamiento, nudo
y desenlace de esta historia Aristotélica hace que el nudo sea también mágico:
el malo silba y pensamos que algo va a pasar pero, difícilmente podemos
imaginar que será una disputa los West Side Story.
Que la guapa y el bueno acaben juntos y bien es normal. Si
ella toma una copa de Baileys, es natural que venza como guapa y convenza como
estereotipo roto.
1 comentario:
Entre magia y un cierto toque perverso y caballeresco, suavizado bajo el compás rítmico con toque navideño y clasicismo de cuento. Un trabajo imaginativo que refuerzo el lazo por la navidad entrañable y diferente. Original final con un toque de feminismo incorporado. Y la marca licorosa para sentenciar el duelo.
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